Sirviendo-con-temor
"Servid a JehovĆ” con temor, Y alegraos con temblor." ( SALMOS 2 : 11 RV1960).

Hay mĆ”s de una razĆ³n por la cual se nos invita a servir con esta actitud sabia y de humildad a la vez la cual no debemos nunca olvidar: "Una actitud de temor", y es que hemos olvidado desde hace ya mucho tiempo quiĆ©n es Dios y quiĆ©nes somos nosotros y lo que logramos ser gracias a su favor.Pareciera ser que un cristiano con un ministerio especial es el culmen del llamado y tiene que ser  el estado mĆ”s alto, por tanto puede un creyente ser visto como uno grande digno de imitar el resto de la vida, y a mirarse asimismo como ningĆŗn otro allĆ­ donde hasta el momento consiguiĆ³ llegar. Sin embargo hay una imagen mĆ”s que superficial  la cual de manera esmerada somos invitados a imitar y esa es la actitud de temor de JesĆŗs.Cuando desarrollĆ³ su ministerio en la tierra permaneciĆ³ en todo tiempo adherido a la voluntad del Padre, y justo antes de ir a la cruz dispuesto a morir por amor quiso mostrar el temor a su Padre diciendo: "...mas no se haga mi voluntad sino la tuya..." Lucas 22:42 No muestra Cristo un servicio de temor ante Dios su Padre? " y el escritor a los Hebreos en el capĆ­tulo 5:7 recuerda: "Cristo, en los dĆ­as de su carne, ofreciendo ruegos y sĆŗplicas con gran clamor y lĆ”grimas al que le podĆ­a librar de la muerte, fue oĆ­do a causa de su temor reverente." A fuerza de ser sincero, no puedo negar las veces en las que el cansancio y desgaste espiritual  me han cobrado factura, y me he tenido que presentar como servidor sin Ć”nimo  en varias  ocasiones, una  actitud  que provoca molestia conmigo mismo reconociendo que a Dios, se le debe temor y reverencia independiente a mi estado de Ć”nimo,  porque Ɖl es bueno todo el tiempo conmigo a pesar de la indiferencia que llevo inherente y la de otros  que en repetidas ocasiones he podido observar.Cristo mismo es la imagen que debemos imitar de un servicio continuo de temor, CuĆ”l es nuestra actitud en este dia en nuestro servicio a Dios?, pidamos su ayuda para hacerlo con alegrĆ­a en su temor.


El temor en el servicio siempre viene acompaƱado de grandes bendiciones.




ProvisiĆ³n-para-los-justos


"Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan." ( SALMOS 37 : 25 RV1960).


Quien haya alguna vez experimentado la escasez sabrĆ” identificarse con lo que aquĆ­ trato de referir: " La angustia de un  corazĆ³n en un dĆ­a, semana a lo mejor mes o hasta aƱos en los que el pan se ausentĆ³ de la mesa por alguna razĆ³n pareciendo ser el final de todo; gracias a Dios le hemos creĆ­do al Dios proveedor!  Y la satisfacciĆ³n viene luego de que el Ćŗnico sustento se halla al momento de presentar a Dios dicha queja encontrando por fin el aliciente que conforta en todo momento al corazĆ³n afligido".
       Mientras me llegaban los dias en los que dejarĆ­a de ser niƱo comencĆ© a apreciar el esfuerzo de mi padre que con mucho esmero fiel realizaba sus labores como un gran padre responsable quien junto a mi madre cuidaron y criaron diligentemente de sus 9 hijos.       Lo que siempre notĆ© que no habĆ­an para Ć©l malos dias(aunque asĆ­ pareciera),y esta convicciĆ³n gracias a que habĆ­a creĆ­do a una de las incalculables promesas de Dios: "La descendencia de un justo  jamĆ”s mendigarĆ­a pan".      A veces tendremos que pasar momentos a oscuras que apenas y lograremos observar por donde vamos caminando, mientras que a lo lejos oĆ­mos la voz de su Palabra que se asienta justo a tiempo en nuestros corazones y vemos en medio de las limitaciones, la provisiĆ³n milagrosa del que cuida de nosotros.     Tendremos que seguir viviendo en la confianza que nunca seremos desamparados, y que nunca veremos a nuestra descendencia mendigar un pan.     Hace ya muchos aƱos que conozco a Dios y no tengo idea como da su alimento a tiempo a cada criatura de la creaciĆ³n,¡Pero lo hace y lo seguirĆ” haciendo! y si Ɖl tiene cuidado de los aves del cielo, los peces del mar y animales del bosque, ¿CĆ³mo no cuidarĆ” a la descendencia de los justos que son herederos de grandes promesas?. 
Decidamos este dia a creerle a su Palabra y a la promesa que ha dado de provisiĆ³n.

El justo serĆ” provisto ,siempre y cuando recuerde que su abundancia proviene de las cosechas del Cielo.

Seguridad-en-Cristo
En la cobertura de sus alas estamos seguros
 Salmos 91:4   ...Bajo sus alas estarĆ”s seguro...

¡Maravillosa promesa de protecciĆ³n divina, ¿No lo crees?
En nuestros violentos y peligrosos dias, lo que el hombre mƔs ansƭa tener es seguridad.
QuizƔ es la palabra del momento, la mƔs deseada, la mƔs requerida, sin embargo el ser humano la busca en lugares donde no la encontrarƔ.
¿QuiĆ©n quisiera vivir en un lugar en donde ocurren mĆ”s de una centena de muertes o manifestaciones en contra de una ley de un pais que disgusta a una gran mayoria y es de provecho para pocos?
Lo mĆ”s triste de la realidad humana es que todos saben que necesitan ser guardados por alguien, pero ¿QuiĆ©n podrĆ” protegernos? ¿HabrĆ” un lugar seguro sobre la faz de la tierra?, desde luego mi querido lector el salmista lo encontrĆ³, yo lo encontrĆ© y lo hicieron ya muchos, el lugar mĆ”s seguro lo relata el salmo 91:1 "El que habita al abrigo del AltĆ­simo morarĆ” bajo la sombra del Omnipotente..."
¿Quieres seguridad para ti y tu familia en todo tiempo? Ven a descansar bajo las alas del Omnipotente en ellas estarĆ”s mĆ”s que seguro pues en ella hallarĆ”s la tranquilidad que nada ni nadie podrĆ” hacerte ningĆŗn mal.

Un-enemigo-llamado-desƔnimo
El desĆ”nimo es una arma de doble filo, que puede llevarnos a la depresiĆ³n
"...Era tal su deseo de morirse, que dijo: «¡Basta ya, SeƱor! ¡QuĆ­tame la vida, pues yo no soy mejor que mis padres!"   1a. Reyes 19:4b RV1960.


¿QuiĆ©n no se ha sentido alguna vez desalentado y sin deseos de seguir caminando?
Algunas veces los fracasos, las ansiedades, enfermedades, o problemas familiares podrĆ­an sumergirnos en este grande abismo llamado "desĆ”nimo", y quĆ© es el desĆ”nimo sino la pĆ©rdida de alguna motivaciĆ³n que antes llevĆ”vamos a todas partes, a la hora de asistir a algĆŗn compromiso de trabajo, familiar o de la Iglesia, o a lo mejor simplemente nos atraĆ­a el deseo de aprender algo nuevo o novedoso para nosotros,pero algo sucediĆ³ mientras transitĆ”bamos rumbo a esta meta; la duda comenzĆ³ a acariciarnos el oĆ­do junto a la desesperaciĆ³n de no ver lo que esperĆ”bamos obtener y asĆ­ poco a poco nos quedamos inhertes, sin querer dar un paso mĆ”s y que nos moverĆ­a a otro nivel.
Pero allƭ estƔ el SeƱor, oyendo nuestro silencio,acompaƱando nuestras miserias y quitando la espina del quebranto, disponiendo una pequeƱa parte de su misericordia para atender nuestras quejas y murmullos, quienes estƔn allƭ mƔs cerca de lo que creemos.
Lo que le sucediĆ³ a ElĆ­as el profeta de Dios, puede ocurrir a cualquiera, acaba de ver la majestuosa Gloria del Poder de Dios, y a la vuelta de la esquina el desĆ”nimo lo emboscaba, con razones o no , la humanidad imperfecta deberĆ” luchar mientras llega a la tierra prometida en contra de un gran enemigo llamado:"DesĆ”nimo".
Buscar a Dios es la mejor medicina, y recordar su valor para nosotros la mejor ayuda, el salmista dijo:
"Enfermedad  Enfermedad mĆ­a es esta;TraerĆ©, pues, a la memoria los aƱos de la diestra del AltĆ­simo." Salmos 77:10
¿QuĆ© te parece si este dia en lugar de quejarnos y lamentarnos de nuestra situaciĆ³n nos recordamos de la grande y fiel mano proveedora de nuestro Dios?, esto serĆ” la mejor medicina para el cansancio del alma abatida.



Literatura-satĆ”nica-en-manos-de-niƱosSi las Iglesias cristianas reparten biblias, folletos cristianos y salen por la calle a ganar personas para sus Iglesias, ¿PorquĆ© no hacerlo nosotros? Fue el argumento que la OrganizaciĆ³n SatĆ”nica con sede en Nueva York tuvo para escudarse debido al dilema que ha causado, al hacer declaraciones de comenzar  a repartir literatura satĆ”nica para niƱos, y Ć©stos comenzarĆ­an a hacerlo en las escuelas de Estados Unidos Un grupo satĆ”nico anunciĆ³ que distribuirĆ” folletos para idolatrar al diablo en varias las escuelas de Estados Unidos.
La finalidad de estos folletos, los cuales segĆŗn el vocero del templo satĆ”nico contendrĆ­a juegos, imĆ”genes entre otros aun harĆ” la invitaciĆ³n de recibir e inclinarse a la idolatrĆ­a a SatanĆ”s, su nombre “Satanic Children’s Big Book of Activities” llegarĆ­a hasta las manos de inocentes de escuelas pĆŗblicas y privadas en Florida inicialmente. 
En aƱos anteriores se presentĆ³ la demanda para impedir la reparticiĆ³n de material cristiano porque trataba de incitar a las personas a seguir a alguien de quien ni siquiera estaban seguros de su existencia, pero fue rechazada, por la libertad de culto que impera en estos estados.
¿CuĆ”l deberĆ” ser la posiciĆ³n de la Iglesia ante esta alarmante noticia?
¿Tendremos que doblar mĆ”s nuestras rodillas en favor de nuestros hijos, para que este material diabĆ³lico no llegue a sus manos?
JesĆŗs dijo: Dajad a los niƱos venid a mi, y no se los impidĆ”is porque de ellos es el Reino de los Cielos.Mt 19:14 (Rv60).
Si tenemos hoy en dĆ­a jĆ³venes con problemas de conducta, rebeldes, desobedientes e irreverentes hacia Dios , ¿ CĆ³mo afectarĆ­a aĆŗn mĆ”s en el desarrollo espiritual de los jĆ³venes en el futuro?
Que sea nuestra oraciĆ³n que Dios desbarate y quebrante todo plan diabĆ³lico en contra de aquellos pequeƱos quienes serĆ”n los portavoces del Evangelio en los Ćŗltimos dĆ­as.
Literatura-satƔnica-en-manos-de-niƱos

 “Bendito serĆ”s tĆŗ en la ciudad, y bendito tĆŗ en el campo.”  Dt.28:3
La-obediencia-trae-bendiciĆ³n
Dios abre las ventanas de los Cielos a los obedientes

¡QuĆ© promesa mĆ”s preciosa! Te imaginas ser una persona de bendiciĆ³n en donde quiera que vas, si te diriges a tu trabajo: Eres bendito al pisar  el camino por el cual transitas, si te encuentras sentado en tu centro de estudio: Eres bendito en tu aula y al estar rodeado de tus compaƱeros de clases, si te encuentras en la cama de un hospital, ¡AllĆ­ estĆ” la promesa vigente, bendito en esa camilla rodeado de la majestuosa mano del Creador! .
Sin dudarlo es una linda promesa, y mientras medito en estas palabras me veo rodeado de su Gracia  y se me alegra el corazĆ³n al saber que soy bendecido de parte de Dios, lamentablemente en nuestro tiempo la bendiciĆ³n de Dios es medible solamente por la cantidad de bienes que alguna persona puede llegar a poseer, sin embargo la bendiciĆ³n mĆ”s maravillosa fue manifestada desde la cruz del calvario, no solamente para unos pocos sino para todo el que obedece.
“…si oyeres la voz de JehovĆ” tu Dios, para obedecerle.” Dt. 28:2. He aquĆ­ la clave,  la base de la bendiciĆ³n radica en la obediencia a la voz de Dios, a sus preceptos, a sus mandatos escritos en su Palabra a todo lo que encontramos para obedecer y temer.

ActĆŗa con obediencia este dĆ­a a Dios para que puedas ser el dichoso hombre en cuya presencia se encuentre la bendiciĆ³n cada momento del Todopoderoso.

   Isaac: Risa      ( ×™ִצְחָק  yits-khawk' )
                Pintura de Jan Victors, Louvre,Paris


El hijo de Abraham y Sara nacido probablemente en Beerseba (GƩn_21:14, GƩn_21:31) cuando su padre tenƭa 100 aƱos y su madre algo mƔs de 90 (GƩn_17:17; GƩn_21:5).
Cuando Dios dio la promesa de que Sara tendrĆ­a un hijo, Abraham, incapaz de creerlo, se puso a reĆ­r (GĆ©n_17:17-19). MĆ”s tarde, al oĆ­r la misma promesa dada por un extraƱo que se habĆ­a detenido en sus reales, Sara se riĆ³ tambiĆ©n de incredulidad (GĆ©n_18:9-15). DespuĆ©s del nacimiento del niƱo, reconociĆ³ gozosa que Dios le habĆ­a dado motivos para reĆ­r, tanto a ella como a sus amigas, pero con risa de alegrĆ­a (GĆ©n_21:6). Como recuerdo de estos acontecimientos, Abraham lo llamĆ³ Isaac, «Ć©l rĆ­e» (GĆ©n_21:3).
Fue circuncidado al octavo dĆ­a (GĆ©n_21:4).
Isaac, el hijo de la promesa y heredero legĆ­timo, gozaba de mayores privilegios que Ismael, hijo de Abraham y de la esclava (GĆ©n_17:19-21; GĆ©n_21:12; GĆ©n_25:5-6).
Dios sometiĆ³ a Abraham a prueba respecto a Isaac, ordenĆ”ndole que lo ofreciera en holocausto (GĆ©n_22:6). SegĆŗn Josefo, Isaac tenĆ­a entonces 25 aƱos. Isaac no se resistiĆ³, por respeto a su padre y a Dios. El Ć”ngel del SeƱor intervino, impidiendo el sacrificio en el momento en que iba a ser llevado a cabo, y Abraham hallĆ³ allĆ­ un carnero, que ofreciĆ³ en lugar del joven. Son varias las lecciones que se desprenden de este hecho. En primer lugar, Dios no consintiĆ³ la consumaciĆ³n de un sacrificio humano. Los cananeos y otras naciones idolĆ”tricas los llevaban a cabo, pero Dios manifiesta su horror ante tales prĆ”cticas, y las condena severamente (cfr. Lev_18:21; Lev_20:2; Deu_12:31). Pero hay tambiĆ©n otras dos lecciones que se pueden ver en este pasaje. En primer lugar, la prueba de la fe de Abraham. Dios habĆ­a prometido a Abraham una numerosa posteridad que le vendrĆ­a por Isaac; por otra parte, su hijo debĆ­a ser ofrecido en holocausto. La sencilla conclusiĆ³n de Abraham fue que su hijo resucitarĆ­a (cfr. Heb_11:17-19). Pero, lo mĆ”s importante, es que Isaac es un tipo de la Cruz. El hijo Ćŗnico, amado, tanto tiempo prometido y esperado, es ofrecido en Moria (cerca del Calvario, GĆ©n_22:2; 2Cr_3:1). Ɖl, consciente libremente de su muerte, lleva la madera del suplicio, se dirige hacia el suplicio con su padre, que extiende la mano Ć©l mismo para darle muerte (Isa_53:4, Isa_53:6, Isa_53:10). Isaac, salvado por la ofrenda cruenta de un sustituto (el carnero), es devuelto a Abraham por una resurrecciĆ³n «en sentido figurado» (Heb_11:19). Jesucristo cumpliĆ³ totalmente este tipo, muriendo verdaderamente como nuestro sustituto, sufriendo el castigo de Dios, siendo restituido al Padre mediante una verdadera resurrecciĆ³n.
Isaac habitaba en el Neguev (GĆ©n_24:62), y era amante de la soledad. SufriĆ³ hondamente la muerte de su madre (GĆ©n_24:63, GĆ©n_24:67). Se casĆ³ a los 40 aƱos, pero no fue hasta los 60 que tuvo hijos de su mujer Rebeca (GĆ©n_25:20, GĆ©n_25:26). El relato de la expediciĆ³n del mayordomo de Abraham, comisionado por Ć©ste para que consiguiera una esposa para Isaac (Gn. 24), es una de las mĆ”s bellas pĆ”ginas de las Escrituras. Constituye un tipo del Padre enviando al EspĆ­ritu Santo a buscar Esposa (la Iglesia) para el Hijo (cfr. L. S. Chafer: TeologĆ­a SistemĆ”tica, «EclesiologĆ­a», tomo II, PP. 143-146). AdemĆ”s, arroja mucha luz sobre las costumbres de aquellos tiempos, y estĆ” lleno de colorido y vivacidad.
La debilidad de Isaac hacia EsaĆŗ, sabiendo que Jacob habĆ­a sido elegido por Dios para heredar la bendiciĆ³n (GĆ©n_25:21-26), le acarreĆ³ una gran tristeza: verse privado durante muchos aƱos de la presencia de su hijo Jacob, y conocer el odio tomado por EsaĆŗ hacia su hermano.
Por orden de Dios, Isaac no descendiĆ³ a Egipto en una Ć©poca de hambre (GĆ©n_26:1). Tuvo conflictos con los filisteos, que moraban en Gerar (GĆ©n_26:6-30) en su bĆŗsqueda de pozos para sus ganados. DespuĆ©s del retorno de Jacob, ya reconciliado con EsaĆŗ, pudo ver a su hijo y su descendencia, cuando habitaba en Arba (HebrĆ³n). AllĆ­ muriĆ³ a los 180 aƱos de edad, siendo sepultado por sus hijos (GĆ©n_35:27-29).
El NT alude a Isaac, el hijo de la promesa (GĆ”l_4:22-23), declarando que Ć©l manifestĆ³ su fe durante su vida de nĆ³mada, morando en su tienda, y bendiciendo a Jacob y a EsaĆŗ «respecto a cosas venideras» (Heb_11:9, Heb_11:20).
Las cartas de Nuzu, descubiertas en un lugar cercano a la moderna Kirkuk entre 1925 y 1941, no solamente ilustran la vida y las costumbres de los patriarcas, sino que dan ejemplos semejantes al nacimiento de Ismael (GĆ©n_16:1-6). El cĆ³digo matrimonial de Nuzu estipulaba que una mujer estĆ©ril debĆ­a dar a su marido una esclava como concubina. Si esta esclava tenĆ­a un hijo, Ć©ste no podĆ­a ser despedido. Esto explica la mala disposiciĆ³n de Abraham a despedir a Ismael cuando Sara se lo pidiĆ³. Esta demanda era contraria a la costumbre; y Abraham no cediĆ³ mĆ”s que ante la intervenciĆ³n de Dios, con su promesa formal igualmente dada a Ismael (GĆ©n_21:9-13).
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