Isaac: Risa      ( ×™ִצְחָק  yits-khawk' )
                Pintura de Jan Victors, Louvre,Paris


El hijo de Abraham y Sara nacido probablemente en Beerseba (GƩn_21:14, GƩn_21:31) cuando su padre tenƭa 100 aƱos y su madre algo mƔs de 90 (GƩn_17:17; GƩn_21:5).
Cuando Dios dio la promesa de que Sara tendrĆ­a un hijo, Abraham, incapaz de creerlo, se puso a reĆ­r (GĆ©n_17:17-19). MĆ”s tarde, al oĆ­r la misma promesa dada por un extraƱo que se habĆ­a detenido en sus reales, Sara se riĆ³ tambiĆ©n de incredulidad (GĆ©n_18:9-15). DespuĆ©s del nacimiento del niƱo, reconociĆ³ gozosa que Dios le habĆ­a dado motivos para reĆ­r, tanto a ella como a sus amigas, pero con risa de alegrĆ­a (GĆ©n_21:6). Como recuerdo de estos acontecimientos, Abraham lo llamĆ³ Isaac, «Ć©l rĆ­e» (GĆ©n_21:3).
Fue circuncidado al octavo dĆ­a (GĆ©n_21:4).
Isaac, el hijo de la promesa y heredero legĆ­timo, gozaba de mayores privilegios que Ismael, hijo de Abraham y de la esclava (GĆ©n_17:19-21; GĆ©n_21:12; GĆ©n_25:5-6).
Dios sometiĆ³ a Abraham a prueba respecto a Isaac, ordenĆ”ndole que lo ofreciera en holocausto (GĆ©n_22:6). SegĆŗn Josefo, Isaac tenĆ­a entonces 25 aƱos. Isaac no se resistiĆ³, por respeto a su padre y a Dios. El Ć”ngel del SeƱor intervino, impidiendo el sacrificio en el momento en que iba a ser llevado a cabo, y Abraham hallĆ³ allĆ­ un carnero, que ofreciĆ³ en lugar del joven. Son varias las lecciones que se desprenden de este hecho. En primer lugar, Dios no consintiĆ³ la consumaciĆ³n de un sacrificio humano. Los cananeos y otras naciones idolĆ”tricas los llevaban a cabo, pero Dios manifiesta su horror ante tales prĆ”cticas, y las condena severamente (cfr. Lev_18:21; Lev_20:2; Deu_12:31). Pero hay tambiĆ©n otras dos lecciones que se pueden ver en este pasaje. En primer lugar, la prueba de la fe de Abraham. Dios habĆ­a prometido a Abraham una numerosa posteridad que le vendrĆ­a por Isaac; por otra parte, su hijo debĆ­a ser ofrecido en holocausto. La sencilla conclusiĆ³n de Abraham fue que su hijo resucitarĆ­a (cfr. Heb_11:17-19). Pero, lo mĆ”s importante, es que Isaac es un tipo de la Cruz. El hijo Ćŗnico, amado, tanto tiempo prometido y esperado, es ofrecido en Moria (cerca del Calvario, GĆ©n_22:2; 2Cr_3:1). Ɖl, consciente libremente de su muerte, lleva la madera del suplicio, se dirige hacia el suplicio con su padre, que extiende la mano Ć©l mismo para darle muerte (Isa_53:4, Isa_53:6, Isa_53:10). Isaac, salvado por la ofrenda cruenta de un sustituto (el carnero), es devuelto a Abraham por una resurrecciĆ³n «en sentido figurado» (Heb_11:19). Jesucristo cumpliĆ³ totalmente este tipo, muriendo verdaderamente como nuestro sustituto, sufriendo el castigo de Dios, siendo restituido al Padre mediante una verdadera resurrecciĆ³n.
Isaac habitaba en el Neguev (GĆ©n_24:62), y era amante de la soledad. SufriĆ³ hondamente la muerte de su madre (GĆ©n_24:63, GĆ©n_24:67). Se casĆ³ a los 40 aƱos, pero no fue hasta los 60 que tuvo hijos de su mujer Rebeca (GĆ©n_25:20, GĆ©n_25:26). El relato de la expediciĆ³n del mayordomo de Abraham, comisionado por Ć©ste para que consiguiera una esposa para Isaac (Gn. 24), es una de las mĆ”s bellas pĆ”ginas de las Escrituras. Constituye un tipo del Padre enviando al EspĆ­ritu Santo a buscar Esposa (la Iglesia) para el Hijo (cfr. L. S. Chafer: TeologĆ­a SistemĆ”tica, «EclesiologĆ­a», tomo II, PP. 143-146). AdemĆ”s, arroja mucha luz sobre las costumbres de aquellos tiempos, y estĆ” lleno de colorido y vivacidad.
La debilidad de Isaac hacia EsaĆŗ, sabiendo que Jacob habĆ­a sido elegido por Dios para heredar la bendiciĆ³n (GĆ©n_25:21-26), le acarreĆ³ una gran tristeza: verse privado durante muchos aƱos de la presencia de su hijo Jacob, y conocer el odio tomado por EsaĆŗ hacia su hermano.
Por orden de Dios, Isaac no descendiĆ³ a Egipto en una Ć©poca de hambre (GĆ©n_26:1). Tuvo conflictos con los filisteos, que moraban en Gerar (GĆ©n_26:6-30) en su bĆŗsqueda de pozos para sus ganados. DespuĆ©s del retorno de Jacob, ya reconciliado con EsaĆŗ, pudo ver a su hijo y su descendencia, cuando habitaba en Arba (HebrĆ³n). AllĆ­ muriĆ³ a los 180 aƱos de edad, siendo sepultado por sus hijos (GĆ©n_35:27-29).
El NT alude a Isaac, el hijo de la promesa (GĆ”l_4:22-23), declarando que Ć©l manifestĆ³ su fe durante su vida de nĆ³mada, morando en su tienda, y bendiciendo a Jacob y a EsaĆŗ «respecto a cosas venideras» (Heb_11:9, Heb_11:20).
Las cartas de Nuzu, descubiertas en un lugar cercano a la moderna Kirkuk entre 1925 y 1941, no solamente ilustran la vida y las costumbres de los patriarcas, sino que dan ejemplos semejantes al nacimiento de Ismael (GĆ©n_16:1-6). El cĆ³digo matrimonial de Nuzu estipulaba que una mujer estĆ©ril debĆ­a dar a su marido una esclava como concubina. Si esta esclava tenĆ­a un hijo, Ć©ste no podĆ­a ser despedido. Esto explica la mala disposiciĆ³n de Abraham a despedir a Ismael cuando Sara se lo pidiĆ³. Esta demanda era contraria a la costumbre; y Abraham no cediĆ³ mĆ”s que ante la intervenciĆ³n de Dios, con su promesa formal igualmente dada a Ismael (GĆ©n_21:9-13).

Publicar un comentario

Con tecnologĆ­a de Blogger.