“Bendito serás tú en la ciudad, y
bendito tú en el campo.” Dt.28:3
Dios abre las ventanas de los Cielos a los obedientes |
¡Qué promesa más preciosa! Te imaginas ser una persona de bendición en donde quiera que vas, si te diriges a tu trabajo: Eres bendito al pisar el camino por el cual transitas, si te encuentras sentado en tu centro de estudio: Eres bendito en tu aula y al estar rodeado de tus compañeros de clases, si te encuentras en la cama de un hospital, ¡Allí está la promesa vigente, bendito en esa camilla rodeado de la majestuosa mano del Creador! .
Sin dudarlo
es una linda promesa, y mientras medito en estas palabras me veo rodeado de su
Gracia y se me alegra el corazón al
saber que soy bendecido de parte de Dios, lamentablemente en nuestro tiempo la
bendición de Dios es medible solamente por la cantidad de bienes que alguna
persona puede llegar a poseer, sin embargo la bendición más maravillosa fue
manifestada desde la cruz del calvario, no solamente para unos pocos sino para
todo el que obedece.
“…si oyeres
la voz de Jehová tu Dios, para obedecerle.” Dt. 28:2. He aquí la clave, la base de la bendición radica en la
obediencia a la voz de Dios, a sus preceptos, a sus mandatos escritos en su
Palabra a todo lo que encontramos para obedecer y temer.
Actúa con
obediencia este día a Dios para que puedas ser el dichoso hombre en cuya
presencia se encuentre la bendición cada momento del Todopoderoso.
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